Carmen Balcells, traficante de palabras by Carme Riera

autor:Carme Riera [Riera, Carme]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Biografía, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2022-03-01T00:00:00+00:00

Ricardo Arango

El colombiano Ricardo Arango, fundador de la mítica librería bogotana El Zancudo, y junto a su amigo Kataraín editor de La Oveja Negra primero y dueño de Arango Editores después, fue también durante una época colaborador de la Agencia Balcells. Tiene de la agente un recuerdo extraordinario y asegura que influyó profundamente en su vida y en la de su familia.

Cuenta Arango que a finales de 1976 o principios del 1977 Balcells fue a conocer La Oveja Negra. Quería comprobar de manera personal si eran fiables y solo en este caso venderles los derechos de las obras de García Márquez. Consideró que sí lo eran.

Eso supuso un impulso gigantesco para La Oveja Negra y para la incipiente industria editorial colombiana. La época era propicia y coincidió con su estrategia revolucionaria de dividir mercados y fragmentar contratos. Ella estaba cambiando las reglas de juego a favor de los autores (hasta entonces en manos de los editores con contratos vitalicios exclusivos y para todos los países del mundo) y encontró en La Oveja Negra un compañero ideal y para nosotros la posibilidad de expandirnos más allá del estrecho mercado colombiano con autores y obras de gran aceptación.[111]

En efecto, la editorial La Oveja Negra, de la que Arango dejó de ser socio en 1988, «por diferencias en el tipo de manejo del negocio»,[112] difundió las obras del autor de Cien años de soledad con eficacia, y durante los once años en los que Arango formó parte de La Oveja Negra las relaciones comerciales con Balcells fueron buenas y además se acrecentaron las amistosas. Fruto de estas fue el apoyo de Balcells cuando el colombiano emprendió una aventura editorial en solitario con Arango Editores, ya que le cedió los derechos de Elogio de la madrastra, de Mario Vargas Llosa, y, gracias a Fujimori, que calificaba el libro de obra pornográfica, tuvo un enorme éxito de ventas en Perú.

A partir del momento en que se conocieron, a finales de 1976, Carmen se sintió encantada con el entonces joven Arango, al que le pidió que en un próximo viaje le trajera a Barcelona un pesado baúl, el baúl de los recuerdos colombianos, difícil de trajinar por la agente. Arango cumplió, y en 1977 depositó la carga en el piso principal de la Diagonal, 580, de Barcelona. A cambio, Balcells le permitiría que se quedara en su casa de Benedicto Mateo. Precisamente en 1982 Balcells se trasladó a vivir a la calle Anglí.

Arango, además, se instaló largas temporadas en Barcelona y trabajó con Balcells. Entre 1982 y 1983 «estuve colaborando con ella para ayudarla a reorganizar la agencia, que había tenido un desarrollo gigantesco a partir del Nobel de García Márquez en 1982».[113]

En el PDF que me hace llegar con notas sobre Balcells asegura:

Carmen era una persona excepcional, fuera de serie, dotada de una gran sensibilidad, muy afectuosa y cariñosa, […] dura y exigente, primero con ella misma, también con las negociaciones y con sus colaboradores, que a veces no sabían a qué atenerse, pues la

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